<body><script type="text/javascript"> function setAttributeOnload(object, attribute, val) { if(window.addEventListener) { window.addEventListener('load', function(){ object[attribute] = val; }, false); } else { window.attachEvent('onload', function(){ object[attribute] = val; }); } } </script> <div id="navbar-iframe-container"></div> <script type="text/javascript" src="https://apis.google.com/js/platform.js"></script> <script type="text/javascript"> gapi.load("gapi.iframes:gapi.iframes.style.bubble", function() { if (gapi.iframes && gapi.iframes.getContext) { gapi.iframes.getContext().openChild({ url: 'https://www.blogger.com/navbar.g?targetBlogID\x3d29664823\x26blogName\x3dQuimeria\x26publishMode\x3dPUBLISH_MODE_BLOGSPOT\x26navbarType\x3dSILVER\x26layoutType\x3dCLASSIC\x26searchRoot\x3dhttps://ceriavi.blogspot.com/search\x26blogLocale\x3des_ES\x26v\x3d2\x26homepageUrl\x3dhttp://ceriavi.blogspot.com/\x26vt\x3d4817443575510852309', where: document.getElementById("navbar-iframe-container"), id: "navbar-iframe" }); } }); </script>

15 julio 2007

Y una voz que viene del pasado

Encontré esto hace meses en You Tube. La voz antigua, el tocadiscos... Me gustó muchísimo: Jussi Björling canta Nessun dorma.



¡Felices vacaciones, Mormo!

Etiquetas:

Como el agua y el whisky

Aquí un pequeño truquillo de supervivencia para bolsillos vacíos... Cómo darle el cambiazo a alguien y apropiaros de su chupito de whisky limpiamente ;)



¡Felices vacaciones, Marco!

Etiquetas:

Bangkok


Creo que las personas pertenecemos a los lugares, igual que creo que ciertas cosas nos llaman, porque de alguna manera nos pertenecen ("res clamat domino"). No se por qué, pero sucede. Y como en el amor, no siempre resulta de un flechazo. Hay sitios que te ganan poquito a poco, de los que sin querer te vas enamorando.


A mí me pasa eso con Bangkok, una ciudad fea, contaminada, con un tráfico infernal,... pero acogedora y fascinante. La primera vez que estuve allí fue durante la escala de un vuelo, apenas unas horas. Al año siguiente sucedió lo mismo, pero tuve que pasar un día para resolver un visado. En la siguiente ocasión decidí prolongar mi estancia un día más. Así un año, y otro... Y según la iba conociendo, iba buscaba una excusa para quedarme más tiempo, porque ni una sola vez he dejado de ser feliz allí.

No hace mucho que regresé. Me fui buscando que la ciudad me acunase, porque andaba un poco maltrecha. Me fui hecha un trapillo, y he vuelto como una rosa.

Ya la echo de menos, y quería dejar constancia aquí :)




Y también de que encontré esta comida azul (que no probé),






y de la sonrisa enorme que me regaló este señor, que se gana la vida retando a los transeúntes a una partida de damas tailandesas [mientras su enorme madre no para de hablar] cuando le llevé una copia de esta foto.



y de los carteles "bizarros", como este [visto en el aeropuerto nuevo], de los que hay miles en Bangkok, y que hacen sonreir todo el rato.






y de lo bien que se come [mmm...]








y del Wat Po, que sigue siendo un sitio deslumbrante








De Coco y de Sara [versión simplificada de sus complicadísimos nombres tailandeses] que me dieron un consejo, un abrazo, y unos pinchitos de pollo buenísimos.

No se si vale como declaración de amor, pero esa es la intención ;)

Etiquetas: